En estos tiempos de crisis que corren, es posible que en algún momento te hayas preguntado qué puedes hacer para cuidar tu ordenador y prolongar su vida útil. En realidad podemos prolongar la vida de nuestro equipo de dos formas, una evitando que se averíe y otra realizando ampliaciones cuando se nos quede corto para nuestras tareas habituales. Vamos a abordar en este artículo ambas cuestiones.

Evitar una avería.

Entre los eventos dañinos para nuestros ordenadores, las subidas de tensión son propensas a causar daños. Pueden afectar la fuente de alimentación, el disco duro, la placa base o el microprocesador. Por tanto, se recomienda usar un estabilizador de tensión. La regleta donde se conecta nuestro equipo debería contar con este sistema, una opción económica y fácil de encontrar. También es útil tener un sistema de alimentación ininterrumpida (SAI) con estabilizadores de tensión incorporados.

Otro elemento a vigilar es el disco duro, uno de los componentes más frágiles del ordenador. Puede romperse con golpes, por lo que es importante evitarlos y minimizar los traslados del ordenador siempre que sea posible.

El calentamiento es otro enemigo de los componentes, especialmente en portátiles. Un ordenador sobrecalentado puede dañar componentes como el procesador, la placa o el disco duro. Precauciones como colocar el ordenador en un lugar sin exposición directa al sol y en una zona fresca, así como mantenerlo alejado del polvo, son útiles. Si el equipo se sobrecalienta, se recomienda una limpieza interna y aplicar pasta térmica al procesador. Esta tarea delicada se debe realizar por personal especializado, como un servicio técnico de reparación de ordenadores.

Ampliaciones del equipo.

ampliacionRAM

La segunda forma de prolongar la vida de un ordenador es ampliar sus componentes para que siga siendo útil. Pero, ¿qué componentes debemos ampliar?

En general, la ampliación de la memoria RAM es la que ofrece mayores beneficios por menos dinero. Más RAM puede acelerar significativamente el rendimiento del equipo. Hay un límite, y por encima de cierta cantidad, el rendimiento deja de mejorar. Además, debes asegurarte de que tu sistema operativo pueda gestionar la cantidad de RAM instalada.

Otra ampliación interesante es la del disco duro. Si la capacidad actual te resulta insuficiente y debes borrar constantemente archivos para liberar espacio, lo ideal es sustituir el disco duro por otro de mayor capacidad, previamente salvaguardando los datos. En cambio, si buscas mejorar el rendimiento del disco, los discos de estado sólido (SSD) son una opción recomendable. Aunque su costo es superior al de los discos duros convencionales, su popularidad creciente ha llevado a una disminución continua de precios.

Para usuarios que realizan un uso intensivo de gráficos, juegos o programas de diseño, una nueva tarjeta gráfica puede potenciar el rendimiento. Cuando una tarjeta gráfica se queda obsoleta, el procesador asume tareas adicionales, disminuyendo el rendimiento del equipo.

Es importante considerar que, a veces, el bajo rendimiento de un equipo no se debe al hardware, sino al software. Si tienes dudas al respecto, es recomendable consultar con un servicio técnico informático. En muchas ocasiones, una reinstalación del sistema operativo o alguna otra opción más ligera puede ser suficiente para prolongar la vida del ordenador.